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A lo largo del último año, el Servicio de Oncología del Hospital Universitario de Ourense puso en marcha un novedoso sistema, que permitió a un grupo de pacientes prevenir la caída de pelo y mantener su volumen, dependiendo del tipo de fármaco empleado en la quimioterapia, con que se tratan distintos tipos de cáncer.

La pérdida de pelo es uno de los efectos secundarios mas comunes de la quimioterapia, consecuencia que, ante la gravedad de la propia enfermedad, tradicionalmente no se estaba dando la importancia que merece, habida cuenta su impacto negativo para los pacientes, en cuanto a su propia imagen, estima y visibilización.

El procedimiento empleado en el Hospital Universitario de Ourense, que también es efectivo en cejas y pestañas, consiste en aplicar frío en el cuero cabelludo, antes y después de cada sesión de quimio, mediante un gorro de silicona por lo que circula un líquido refrigerante, conectado a una máquina que mantiene una temperatura estable.

Mediante este sistema, se consigue mantener una temperatura, entre los 19 y 21 grados, en esta zona de la piel, lo que protege a las células, de los folículos pilosos, de los tóxicos de la quimioterapia que los daña. Este nivel de hipotermia causa un doble efecto, reducir la aportación sanguínea, por vasoconstrición, y cerrar el paso de los tóxicos a la membrana celular. Con ello, se consigue la citoprotección de los folículos frente a los quimioterápicos.

Buenos resultados y de la satisfacción de las pacientes

En este pilotaje, financiado a través de la Fundación Biomédica Galicia Sur, fueron tratadas en Ourense dieciocho pacientes, todas ellas mujeres, con edades comprendidas entre los 30 y los 55 años, en general, a tratamiento por cáncer de mama u ovario, por tiempo limitado o coadyuvante. La mayoría conservó su pelo, manteniendo su volumen, en función del tipo de fármaco empleado.

Derivado de los buenos resultados y de la satisfacción de las pacientes, que se acogieron al tratamiento, el Hospital Universitario de Ourense está evaluando su inclusión en la cartera de servicios de Oncología, para lo cual se están estudiando distintas alternativas que permitan su incorporación, habida cuenta su interés social.

El sistema, denominado Paxman (o Scalp Cooling) surgió en 1997, en Gran Bretaña, y fue evolucionando en los últimos años, hasta ser aprobado por la Comunidad Europea y obtener, en abril del pasado año, la certificación de la FDA (Food and Drug Administration), que admite su plena eficacia y seguridad en los tratamientos.

Sistema indoloro y sencillo

El sistema es muy sencillo y indoloro, teniendo cómo principales inconvenientes a sensación de frío, molestias por las que dos de las de las pacientes del estudio piloto abandonaron el tratamiento. Además, prolonga el tiempo de estancia en el Hospital de Día, ya que el gorro debe colocarse, una media hora, antes comenzar la sesión de quimioterapia y mantenerse, hora y promedio, después de acabar.

La aplicación de frío debe iniciarse ya con la primera sesión de quimioterapia y mantenerse en todas ellas, por lo que no resulta fácil en el caso de tratamientos prolongados, siendo efectivo solo en los tratamientos de tumores sólidos.