Cepesca incide en los beneficios del consumo de pez espada, atún rojo y tiburón

Considera que la recomendación de AESAN de eliminar su consumo en embarazadas y niños menores de 10 años es desproporcionada y aboga por la ingesta variada de pescado azul y blanco

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La Confederación Española de Pesca (Cepesca) recuerda que el consumo de pez espada, atún rojo y tiburón puede hacerse con garantías y recuerda que los beneficios de su consumo supera a los potenciales riesgos, siempre que se realice como parte de una dieta equilibrada y que contemple la ingesta variada de distintas especies de pescado azul y blanco.

Cepesca reacciona así a las nuevas recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) de eliminar el consumo de estas especies por parte de embarazadas y niños menores de 10 años, y de reducir su consumo a 120 gramos al mes por parte de los niños de entre 10 y 14 años, que considera desproporcionadas y generadoras de una alerta infundada que puede afectar negativamente al consumo de productos pesqueros, reconocido como altamente saludable, especialmente en grupos tan sensibles como las mujeres gestantes, niños y adolescentes.

La patronal lamenta, además, que estas nuevas recomendaciones se hayan hecho públicas sin mantener una reunión previa con el Grupo de Trabajo constituido en su día, con la participación de la Secretaria General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), Aesan y representantes de los distintos eslabones de la cadena de valor del sector pesquero, precisamente, para abordar todas las cuestiones relacionadas con la presencia de este metal en el pescado.

Cepesca considera, además, que las recomendaciones de Aesan no tienen en cuentan los resultados de los últimos estudios realizados sobre el importante papel que desempeña el selenio como antagonista de los posibles efectos negativos del mercurio y que vienen a demostrar que los beneficios de consumir pescado son claramente mayores a los riesgos que puedan derivarse de su consumo.

Es por ello por lo que Cepesca se ha dirigido a este organismo y ha solicitado una reunión con su directora ejecutiva, con el objetivo de tratar en profundidad este asunto y trasladarle las graves consecuencias de este tipo de alertas, tanto en la salud de los consumidores como en la propia actividad del sector pesquero.

Más allá de su contenido en selenio, Cepesca incide en los beneficios nutricionales que se derivan del consumo de estas especies. Así, el pez espada o emperador (Xiphias gladius), aporta más vitaminas que otros pescados azules, tales como vitamina A, B6, B9 y B12 y, especialmente vitamina D y B3. El pez espada también es rico en minerales como hierro, potasio, magnesio, sodio y, especialmente, fósforo.

El atún es, por su parte, uno de los pescados con mayor contenido en proteínas de alto valor biológico (23 gramos por 100 gramos). Como pescado azul, los túnidos tienen un alto contenido (entre 0,5 y 1 mg por cada 100 gramos) en ácidos grasos Omega 3, fundamentales para regular el colesterol y los triglicéridos. Además, es rico en vitaminas del grupo B (B2, B3, B6, B9 y B12), así como en vitaminas liposolubles A y D. De su contenido en minerales, desataca el fósforo y el magnesio, junto al hierro y el yodo.

El tiburón, por su parte, es un pescado semigraso bajo en grasas y calorías, rico en proteínas de alto valor añadido y que destaca por su aporte de vitaminas A y E, y también de minerales como hierro, fósforo, potasio y magnesio.

Según explica el secretario general de Cepesca, Javier Garat, «el consumo de pescado, y así lo constata los últimos estudios científicos, resulta enormemente beneficioso para salud en vertientes que van desde el desarrollo neurocognitivo hasta la salud ósea y cardiovascular, así como a la prevención de diferentes tipos de enfermedades», «Es muy preocupante», apostilla Garat, «que se hayan adoptado este tipo de medidas sin analizar previamente con todos los afectados las graves consecuencias que ocasionan y que contribuyen a sembrar incertidumbre y falta de confianza entre los consumidores, especialmente, cuando el consumo de productos pesqueros mantiene una tendencia descendente en nuestro país y cuando otros países, como Reino Unido, Francia, Irlanda, Canadá, Estados Unidos, Australia o Nueva Zelanda, no han adoptado unas recomendaciones tan duras como estas».