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La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda se reunió en la  mañana de ayer jueves en la localidad de Sober con veinte alcaldes y representantes municipales de los ayuntamientos lucenses de la Ribeira Sacra con el fin de presentarles el proyecto para que este territorio sea declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. Se trata de una iniciativa impulsada por la Xunta y abierta a la participación de todas las entidades públicas y privadas asentadas en esta zona, tal y como les trasladó a los asistentes la directora xeral de Patrimonio Natural, Belén do Campo.

Así, recordó que las Reservas de la Biosfera son territorios que actúan unidos con el objetivo de armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural con el desarrollo económico y social a través de la relación integral de las personas con la naturaleza. Para lograrlo, Do Campo les explicó que las funciones fundamentales de esta figura son la conservación de la biodiversidad del territorio protegido, el desarrollo de las poblaciones y asentamientos humanos locales, y el apoyo logístico a la investigación, formación y comunicación.

La directora de Patrimonio Natural incidió en que la obtención del distintivo de Reserva de la Biosfera, otorgado al amparo de un programa de la Unesco para áreas terrestres, costeras o marinas singulares, ofrece un amplio abanico de oportunidades ambientales, culturales y socioeconómicas para las empresas, administraciones públicas y entidades privadas asentadas en ese territorio.

Con la reunión de hoy, la consellería retoma los contactos iniciados en 2018 con el objetivo de recopilar apoyos y sumar esfuerzos para que la candidatura a Reserva de la Biosfera de la Ribeira Sacra se pueda elevar oficialmente ante lo Gobierno del Estado este mismo año. En este sentido, Do Campo les trasladó a los regidores que, si la Unesco acepta la solicitud, este territorio localizado a caballo entre las provincias de Ourense y Lugo pasaría a convertirse en la séptima Reserva de la Biosfera de Galicia y supondría a la vez un gran apoyo a la candidatura también en marcha para declarar esta zona Patrimonio de la Humanidad.

En estos momentos, la comunidad tiene seis espacios que cuentan con esta figura de protección y representan casi el 25% de todo el territorio gallego: Terras do Miño, Allariz, Os Ancares, río Eo, Xurés y Marinas Coruñesas-Terras de Mandeo.

Los 20 ayuntamientos incluidos en esta nueva propuesta de Reserva de la Biosfera de la Ribeira Sacra –Bóveda, Carballedo, Chantada, O Incio, Monforte, Pantón, Paradela, Pobra do Brollón, Portomarín, Samos, Sarria, O Saviñao, Sober, Taboada y Triacastela en la provincia de Lugo, y Castro Caldelas, Nogueira de Ramuín, Parada de Sil, A Peroxa y A Teixeira, en Ourense- suman casi 249.000 hectáreas, es decir, el 8,4% de la superficie total de Galicia.

Gran parte de este territorio, en todo caso, ya está sometido la diferentes figuras de protección por lo que la directora general insistió en trasladarles a los alcaldes que la declaración como reserva de la biosfera no llevaría aparejada la promulgación de nuevas normas ni la introducción de usos más restrictivos, sino que se mantendrían los establecidos en los planes actuales que rigen para las áreas protegidas o nos terrenos rústicos y urbanos a través de las normas sectoriales vigentes.

La principal diferencia con otras figuras de protección de ámbito nacional o internacional, segundo indicó Belén do Campo, radica en el papel fundamental que se le da a la población que vive y trabaja dentro del territorio de la Reserva de la Biosfera y a su integración armónica con la naturaleza que la rodea, como una vía para abrir nuevas oportunidades desde el punto de vista agrícola, turístico, de servicios y mismo industrial.

La declaración como Reserva de la Biosfera, en todo caso, sí implicaría la elaboración de un plan de gestión con el fin de establecer los objetivos y líneas a desarrollar a corto y medio plazo, así como la designación del correspondiente órgano de gestión, de carácter ejecutivo, y de un foro de participación social en el que estarán representados el Estado, la Xunta, las Diputaciones provinciales de Lugo y Ourense y todo tipo de entidades y asociaciones presentes en esta zona.