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Si la climatología no lo impide en las semanas que faltan hasta la vendimia, que se realizará a finales de septiembre o principios de octubre, la próxima cosecha de Mencía se hará a partir de una uva «mucho más equilibrada» que permitirá continuar mejorando las calidad de los vinos.

De acuerdo a las explicaciones del ingeniero agrónomo Jesús Prieto Pérez, de Regina Viarum, tras un 2017 muy seco y con una uva con «rendimiento en mosto bajo», los viñedos exhiben en las últimas semanas una producción a la que ha beneficiado, en materia de calidad, la pluviosidad de los últimos meses.

Pero esa misma pluviosidad que beneficia la calidad ha limitado la capacidad de producción al facilitar la acción de las plagas, y si bien al comparar la producción prevista para este año con la de 2017 se prevé un incremento sustancial, lo cierto es que la cosecha del año pasado fue especialmente mala por las heladas. De otra manera: en la Ribeira Sacra se producirá más vino y de mejor calidad este año.

Ese será el caso de la bodega Regina Viarum, al no verse afectada por el impacto del mildiu y otras plagas que han limitado el volumen de producción en otras zonas de la Ribeira Sacra. «Este año la climatología hizo daño porque llovió desde enero hasta bien entrado el verano, como quien dice, e incluso en agosto hubo nieblas hasta media mañana. Esas nieblas suponen un aporte de humedad que beneficia a los hongos y por tanto perjudica la cosecha», explica Jesús Prieto Pérez.

Las condiciones climáticas de las próximas semanas serán determinantes para la cosecha en materia de calidad y cantidad. «Si no hay sorpresas y las condiciones climáticas son buenas, como esperamos, tendremos una buena uva», explica el técnico..