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La Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas, que participó estos días en la Ribeira Sacra de la ‘XXIV Asamblea General’ de este organismo y representa a 52 Consejos Reguladores de un total de 54 denominaciones de origen vitivinícolas, viene de apoyar a través de la firma del Documento de adhesión a la candidatura del paisaje cultural de la Ribeira Sacra en su recorrido hacia la inclusión de la misma en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Así lo refrendaron esta mañana, en un acto celebrado en la bodega chantadina Vía Romana, el conselleiro de Cultura e Turismo, Román Rodríguez, y el presidente de la CECRV, David Palacios, con la firma del Documento de Adhesión de la CECRV a la candidatura del paisaje cultural de la Ribeira Sacra a Patrimonio Mundial de la UNESCO qué suma a la causa el apoyo de una asociación que representa los intereses de cerca de 110.000 viticultores que comercializan el 98% de la producción nacional de vino con denominación de origen y de la que la D.O. Ribeira Sacra.

El conselleiro agradeció el apoyo de la CECRV, que representa a un sector «moi importante no económico e no cultural» y destacó el legado vitícola de la Ribeira Sacra «que é pasado presente e futuro desta zona», forjado sobre la resilencia de muchas generaciones de gallegos «que configuraron unha paisaxe cultural viva, plenamente recoñecible nos socalcos que, como mastabas naturais, configuran esta extraordinaria paisaxe». En el acto también tomó parte el delegado territorial de la Xunta, José Manuel Balseiro.

Una viticultura heroica

En la referida adhesión se destaca que la Ribeira Sacra es un ejemplo excepcional de un ‘poboamento’ tradicional de la Europa Atlántica, representativo de la interacción del ser humano con el medio, al intervenir este en la construcción de terrazas monumentales en las laderas de los cañones del Sil y el Miño. Y lo califica como un «singular espacio en el que desde tiempos inmemoriales se desarrolla una cultura vitícola, con un trabajo, inteligencia y tesón mantenido en el tiempo que la hizo merecedora del apelativo de heroica».

Finalmente, se explica que la Ribeira Sacra constituye un testigo excepcional de la cristianización de la Península Ibérica y el paisaje simbólico más occidental de la Europa continental, gracias a unos conjuntos de origen religioso sobreabundantes y de extraordinaria singularidad en esta tierra. Un patrimonio construido que ilustra 1.500 años de historia en los que en la Ribeira Sacra creció ‘un bosque de iglesias’, ilustrativo de la riqueza y variedad de la arquitectura románica de los siglos XII y XIII.